Regresen esto a una de las lunas de Júpiter.
En papel, The Midnight Sky se leía como una historia que, a alguien como yo, le debería de gustar y hasta ser una de las mejores películas del año en mi lista. Ciencia ficción, una misión espacial, una Tierra en un entorno apocalíptico, y un protagonista de renombre como George Clooney. ¿Qué podría salir mal? Pues mucho.
Dirigida y protagonizada por Clooney, The Midnight Sky sigue a Augustine, un científico que se queda en la tierra después de que esta entrara en catástrofe y la humanidad tuviera que evacuar. Al ver que hay todavía una misión espacial activa, Augustine busca la manera de contactar a los astronautas para evitar que regresen a un planeta apocalíptico. La película también gira alrededor de Sully (Felicity Jones), Ade (David Oyelowo), y el resto de los astronautas, quienes se enfrentan a varias adversidades en su regreso a casa, mientras intentan reconectar con la base en la tierra.
Y es aquí el gran problema de esta nueva producción de Netflix. En poco menos de dos horas, intentan meter dos historias que, en lugar de conectarse en una sola narrativa, terminan siendo dos películas diferentes en donde solo se llega a la superficie de cada una. Todo pareciera indicar que Augustine es nuestro protagonista, pero después de los primeros 20 minutos, el guion no se decide si quiere irse a la tierra, o a la nave espacial con los astronautas quienes van de regreso. En un punto del segundo acto, durante aproximadamente 30 minutos, la película se olvida por completo de Augustine y cuando volvemos a él, su aventura ya terminó y no vuelve a hacer nada relevante.
Esto lleva a que ninguno de los personajes en The Midnight Sky tenga desarrollo alguno. Por más que Clooney quiere que el espectador sienta algo por alguno de ellos, la verdad es que al menos a mí, no me importa ninguno de ellos. Un guionista no puede esperar tener personajes interesantes cuando su único desarrollo es decir que unos van a ser papás, otro tiene una familia a la cual quiere regresar, y otra tiene una escena donde está viendo un holograma de su hermana y su mejor amiga. Al menos con Augustine podemos ver algo de su pasado, pero no tiene efecto alguno en quién es en el presente.
La dirección de Clooney es muy regular. Tampoco es que tenga el mejor historial como director, pero creo que, si quiere dar ese salto en su carrera, tiene que dejar que otros protagonicen sus películas. En Midnight Sky no se logra dirigir ni a él mismo de una buena manera. Todos los personajes son insípidos y cuando quieren mostrar algún tipo de reacción emocional, no tiene impacto alguno. Pareciera que sus emociones se perdieron en la luna de Júpiter de la que venían regresando.
Visualmente es una película muy fácil de digerir, con tomas en el espacio atractivas para los ojos y un diseño de producción al menos interesante. La premisa es interesante y quizá como serie pudo funcionar mejor, con el objetivo de explorar más ese planeta en donde intentaban encontrar un lugar habitable. Pero en otros aspectos técnicos también fracasa. La banda sonora en momentos parece de película de Disney Channel, y le edición es muy inconsistente, y estoy tratando de no ser muy duro.
The Midnight Sky tenía potencial. Es una premisa interesante que incluso podría crear su propio universo en forma de serie en Netflix. Pero el guion pierde por completo su enfoque y no termina por decidir si quiere que su protagonista sea Clooney en la tierra, o los astronautas en su regreso a casa. Lo que parece ser dos películas en una sola, acaba fallándole a los dos lados de la historia y queda como una de las grandes decepciones del año.
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